Click the icons to toggle between English and Spanish.
La tarde huele de taxi viejo, de lluvia y de cripi. ¿Al Parque Poblado? Claro. Primo, ponga la patica con los cigarillos y nos vamos. Nos encontramos con Maria, con Christian, con Laura y hablamos de paisa, de ferias y flores, de musica, de amor, de montanas, de no se que aqui me llaman gringo. Esta noche nos parchamos, otra bailamos. Trago, Pilsen, trago, Pilsen, Marlboro, Pilsen, Aguila, Kool mentolado, Club Colombiana, guarro guarro guarro toma gringo guarro taxi y Pilsen, Marlboro , Lucky Strike, bailamos. Vallenatos por todo lado. Reggaeton por todo lado, porque esta es una fiesta de locos. Poco de rock, pero la época de Madiedo ha pasado. Jazz-rap cubano. El mismo taxi viejo, otro taxista. $5.950 y vomitico y la ultima Marlboro y cama.
El alba se murio hace mucho tiempo. Huele de camiones antiguos y conductores impacientes y de la gonorrea sol fuera de mi ventana. El piso frio, la ducha fria y huele de arepa chorizo huevo. $1.550 y mendigo y a cien a cien a cien y Esquina Technologica. Hola Prima, hola Erica. Gafas, miramos a las golosinas y sus faldas y sus senos. $6.000 y pechuga y papas fritas, salsa tomate, salsa rosa y arroz y ensalada. Hablamos de Chicago, de sus edificios abandonados y de grafiti y de la tierra plana y del invierno y los vientos y de los blancos, los negros, los mexicanos ilegales y sus tribulaciones, de comida insaludable y de comida saludable, de soldades en la calle y dele dele dele y de la corrupción de Daley y de la corrupción de Medellín y de las casas lindas y de las gringas que no son lindas como las paisas o las costenas pero todavía son lindas y del calor y de la lluvia y de las diferencias entre una finca en San Jeronimo, Antioquia y una finca en Long Beach, Indiana y de como los gringos son locos porque la edad cuando uno puede tomar es ventiuno y eso no tiene sentido. Huele de moto, de perfume y de perro, de bafleres fuertes y de Coca-Cola en una botella de vidrio y del dinero y de la mercancia electronica. Casas sin pasarela, sin callejón. Flores brillas, mierda en las calles, comida esplendida, aves lindas, el río manchado, el río tóxico, gente formal. Los pies descalzados, los pies herrado de tenis, unos dorado de cuero. Jóvenes de bluyines exóticos y cola y que perezcan vivir durante los ‘80. Metrocable y techo de paja de estaño y las montañas. No veo al horizonte y ya no estoy en el maizal que se llama Illinois. Se llama Antioquia se llama Medellín se llama Colombia me llamo Paisa.
The early evening smells of old taxi, of rain and bud. To Poblado Park? Of course. Cousin, put the roach with the cigarettes and we go. We meet Maria, Christian and Laura and we speak of our countrymen, of festivals and flowers, of music, of love, of mountains, of I don’t know what here they call me foreigner. Tonight we relax, another we dance. Shot, Pilsen, shot, Pilsen, Marlboro, Pilsen, Aguila, Kool menthols, Club Colombiana, firewater firewater firewater drink foreigner firewater taxi and Pilsen, Marlboro, Lucky Strike, we dance. Folk music everywhere. Reggaeton everywhere, because this is a party of madmen. Not much rock, but Madiedo’s time has passed. Cuban jazz rap. The same ancient taxi, a new cabbie. $3.30 and a little vomit and the last Marlboro and bed.
Dawn died a long time ago. It smells of antique trucks and restless drivers and of the bitchfacepunkshitjankycrackasswhoreshit sun outside my window. The cold floor, the cold shower and it smells of arepa sausage egg. $0.86 and beggars and gum for six cents six cents six cents and Technological Corner. Hello Cousin, hello Erica. Glasses, we’ll watch the pretty girls and their skirts and their chests. $3.33 and chicken and fries, ketchup, mayonnaise and rice and salad. We speak of Chicago, of her abandoned buildings and her graffiti and of flat land and of winter and wind and of Whitey, of the black man, of illegal Mexicans and their woes, of unhealthy food and healthy food, of soldiers in the street and keep going keep going keep going and of Daley’s corruption and Medellín’s corruption and of pretty houses and of American girls who are not as pretty as Antioquian or coastal girls but they are still pretty and of the heat and of the rain and of the differences between a vacation house in San Jeronimo, Antioquia and a beach house in Long Beach, Indiana and how Americans are insane because the drinking age is twenty-one and that makes no sense. The day smells of motorcycle, of perfume and of dog, of loud speakers and of glass bottle Coke and of money and electronic wares. Houses without gangways, without alleys. Colorful flowers, shit in the streets, splendid food, beautiful birds, the stained river, the toxic river, kind people. Bare feet, feet in gym shoes, feet gilded in leather. Youth in exotic jeans and mullets and living in the ’80s must have sucked. Cable car and thatched roofs of tin and mountains. I do not see the horizon and I am not in the cornfield called Illinois. This land calls itself Antioquia it calls itself Medellín it calls itself Colombia I call myself Paisa.